
Como médico especializado en cirugía estética y reconstructiva con más de 15 años de experiencia, he observado una correlación directa entre la calidad de las prendas de compresión postquirúrgica utilizadas por mis pacientes y los resultados finales de sus procedimientos. Los estudios demuestran que la compresión adecuada durante las primeras 6-12 semanas post-cirugía puede reducir significativamente la inflamación, minimizar el riesgo de seromas (acumulación de líquido), prevenir la formación de fibrosis excesiva y optimizar la retracción de la piel.
Desde una perspectiva técnica, no todas las fajas post quirúrgicas disponibles en el mercado cumplen con los estándares médicos necesarios para garantizar una recuperación óptima. Es importante considerar los aspectos biomecánicos de la compresión: la distribución uniforme de la presión, la capacidad de adaptación a la inflamación progresiva, la transpirabilidad del material para prevenir infecciones, y la construcción anatómica que respete los drenajes linfáticos naturales del cuerpo.
Hoy voy a presentarles las fajas postquirúrgicas de Salomé que regularmente recomiendo a mis pacientes, respaldadas por evidencia clínica y años de observación de resultados. Cada una está diseñada para procedimientos específicos, con características técnicas que optimizan la recuperación y minimizan complicaciones.
1. Faja Salome 6411: Compresión Ajustable de Nivel Médico
La Faja Salome 6411 Postquirúrgica representa el estándar de oro en términos de versatilidad postoperatoria. Esta prenda incorpora tres niveles de broches ajustables, lo cual es fundamental desde el punto de vista médico.
Los estudios demuestran que durante el período postquirúrgico inmediato (primeras 2-3 semanas), la inflamación alcanza su punto máximo y posteriormente disminuye gradualmente. Una faja con ajuste fijo puede volverse demasiado holgada conforme la inflamación disminuye, reduciendo la efectividad de la compresión. Los broches ajustables de la 6411 permiten adaptar progresivamente el nivel de compresión, manteniendo la presión óptima de 20-30 mmHg recomendada para procedimientos como liposucción, abdominoplastia y lipotransferencia glútea.
El diseño con efecto reloj de arena no es meramente estético; está biomecánicamente calculado para distribuir la compresión de manera que favorezca el drenaje linfático natural. La mayor compresión en zona abdominal y lumbar, con reducción gradual hacia extremidades, facilita el movimiento de líquidos intersticiales hacia los ganglios linfáticos, acelerando la resolución de edema.
La construcción en powernet médico de alta densidad ofrece compresión uniforme sin puntos de presión excesiva que puedan comprometer la circulación o causar necrosis tisular. El forro interno hipoalergénico minimiza el riesgo de dermatitis de contacto, común en pacientes con piel sensibilizada post-quirúrgica.
Es importante considerar que la selección correcta de talla es crítica para la efectividad terapéutica. Recomiendo consultar la calculadora de tallas de Salomé antes de la adquisición, tomando medidas precisas con cinta métrica de costura a nivel de cintura y cadera.
👉 Consulte las especificaciones de la Faja 6411 y discuta con su cirujano si es adecuada para su procedimiento.
2. Faja Levanta Cola Salome 6413: Para Aumento Glúteo
La Faja Levanta Cola Salome 6413 está específicamente diseñada para pacientes que se someten a lipotransferencia glútea (Brazilian Butt Lift) o implantes glúteos. Desde una perspectiva biomecánica, estos procedimientos requieren consideraciones únicas que esta prenda aborda efectivamente.
El diseño con busto abierto y broches ajustables permite fácil colocación sin comprometer las áreas injertadas. Los estudios clínicos demuestran que durante las primeras 6-8 semanas post-BBL, la viabilidad del tejido adiposo transferido depende críticamente de la perfusión sanguínea adecuada. La compresión excesiva o mal distribuida en zona glútea puede comprometer la supervivencia de los adipocitos injertados, reduciendo significativamente los resultados del procedimiento.
La 6413 incorpora paneles con compresión diferenciada: alta compresión en abdomen y flancos (áreas donantes comunes), compresión media en muslos, y compresión mínima controlada en región glútea. Esta distribución estratégica permite el drenaje linfático efectivo de las áreas liposuccionadas mientras protege el injerto graso.
El sistema de broches múltiples facilita la colocación sin necesidad de deslizar la prenda sobre el área quirúrgica, minimizando el riesgo de desplazamiento del injerto durante las primeras semanas críticas. Esta característica es particularmente valiosa para pacientes con movilidad reducida en el período postoperatorio inmediato.
Es fundamental que los pacientes comprendan que esta faja debe usarse continuamente (22-23 horas diarias) durante las primeras 6 semanas, retirándola únicamente para higiene personal. La adherencia al protocolo de uso está directamente correlacionada con la tasa de supervivencia del injerto adiposo y, consecuentemente, con la satisfacción final del paciente.
3. Faja Moldeadora Salome 232 C: Recuperación Integral
La Faja Moldeadora Salome 232 C ofrece una solución integral para pacientes sometidos a liposucción de áreas múltiples. Desde el punto de vista técnico, la liposucción multi-área presenta desafíos específicos en términos de manejo de edema y prevención de irregularidades cutáneas.
La compresión media uniforme de esta prenda (aproximadamente 20-25 mmHg) está dentro del rango terapéutico óptimo documentado en literatura médica para prevención de seromas y promoción de adherencia cutánea. El diseño de manga sisa proporciona cobertura sin comprometer la movilidad del hombro, permitiendo que los pacientes realicen ejercicios de rango de movimiento recomendados durante la recuperación.
El sistema de levanta cola interno es biomecánicamente relevante: mantiene los tejidos glúteos en posición elevada durante el período de retracción cutánea, favoreciendo la adherencia en la posición deseada. Este efecto es particularmente importante en pacientes mayores de 35 años, donde la elasticidad cutánea está naturalmente reducida.
La construcción en powernet multicapa ofrece ventajas termorregulatorias significativas. A diferencia de materiales impermeables que pueden causar maceración cutánea e infecciones, el powernet permite transpirabilidad adecuada mientras mantiene la compresión terapéutica. Esto es especialmente relevante en climas tropicales o durante los meses de verano.
Recomiendo a mis pacientes consultar tanto la calculadora de tallas como la tabla de medidas para determinar con precisión la talla apropiada, considerando que la inflamación postoperatoria inicial puede requerir una talla ligeramente mayor durante las primeras 2 semanas.
4. Faja Post-Lipo Salome 517: Alta Compresión
La Faja Post-Lipo Salome 517 está indicada específicamente para pacientes que requieren compresión alta (25-30 mmHg) durante su recuperación. Esta intensidad de compresión está médicamente justificada en casos de liposucción extensa, abdominoplastia, o pacientes con predisposición a formación de fibrosis.
Los estudios demuestran que la compresión alta durante las primeras 12 semanas postoperatorias reduce significativamente la incidencia de irregularidades cutáneas (efecto "celulitis post-lipo") y acelera la resolución de induración tisular. El mecanismo fisiológico implica la reducción del espacio intersticial disponible para acumulación de líquido inflamatorio y la promoción de adherencia dérmica uniforme a las estructuras subyacentes.
El diseño anatómico de la 517 incorpora paneles de compresión estratificada que respetan la dirección de los vasos linfáticos principales. La compresión no es uniforme en toda la prenda; está calibrada para ser máxima en áreas de mayor edema potencial (abdomen central, flancos) y progresivamente menor hacia la periferia, facilitando el drenaje linfático centrípeto natural del cuerpo.
La manga sisa con construcción reforzada proporciona soporte adicional a la región axilar, área frecuentemente incluida en procedimientos de liposucción de "360 grados". La cola en lycra permite movimiento natural de la articulación de la cadera mientras mantiene compresión en glúteos y muslos superiores.
Es importante que los pacientes comprendan que la compresión alta requiere un período de aclimatación. Recomiendo comenzar con uso de 4-6 horas el primer día, aumentando gradualmente hasta alcanzar las 22-23 horas recomendadas para la tercera semana postoperatoria. Esta progresión permite que los tejidos y la circulación se adapten sin riesgo de complicaciones isquémicas.
5. Faja Post-Lipo Salome 523 C: Con Soporte Mamario Integrado
La Faja Post-Lipo Salome 523 C con Brasier es particularmente valiosa para pacientes sometidos a liposucción de espalda alta, flancos y/o abdomen en combinación con procedimientos mamarios (mastopexia, reducción o aumento mamario). La integración del soporte mamario en la prenda de compresión corporal elimina puntos de fricción y líneas de presión que podrían comprometer la cicatrización.
Desde una perspectiva técnica, la compresión media de esta prenda (20-25 mmHg) está calibrada para proporcionar soporte efectivo sin comprometer la perfusión de los tejidos mamarios recientemente intervenidos. El brasier incorporado está diseñado con copas sin aros metálicos, lo cual es fundamental para prevenir presión puntual sobre incisiones periareolares o submamarias.
El diseño biomecánico distribuye el peso mamario de manera uniforme sobre los hombros y la espalda, reduciendo la tensión sobre las incisiones y favoreciendo la cicatrización. Las tiras ajustables permiten personalizar el nivel de soporte conforme disminuye la inflamación postoperatoria, manteniendo la posición mamaria óptima durante el período crítico de cicatrización (primeras 6-8 semanas).
La construcción de esta prenda facilita el drenaje linfático tanto de la región abdominal como de la axilar, dos áreas con drenaje interconectado. El diseño anatómico respeta los ganglios linfáticos axilares, cuya preservación es crítica para prevenir linfedema a largo plazo.
Recomiendo esta prenda específicamente para pacientes que valoran la conveniencia de una solución integrada, reduciendo el número de prendas necesarias durante el período de recuperación y eliminando potenciales puntos de fricción entre múltiples prendas superpuestas.
Consideraciones Médicas Fundamentales para Selección de Fajas

Desde una perspectiva técnica, la selección apropiada de la faja postquirúrgica debe basarse en varios factores médicos específicos:
Tipo de procedimiento quirúrgico: Diferentes cirugías requieren distribución de compresión diferenciada. La liposucción requiere compresión uniforme en áreas tratadas. La lipotransferencia glútea requiere compresión mínima en zona receptora pero alta en zonas donantes. La abdominoplastia requiere compresión alta en abdomen con consideraciones especiales para la posición del ombligo neo-construido.
Extensión de la cirugía: Procedimientos de área única vs. multi-área requieren prendas con coberturas diferentes. Los estudios demuestran que la compresión de áreas no tratadas no proporciona beneficio terapéutico y puede resultar en incomodidad innecesaria que reduce adherencia al protocolo.
Características individuales del paciente: La edad, elasticidad cutánea, IMC previo, historial de cirugías previas, y predisposición a queloides o fibrosis influyen en el tipo y duración de compresión recomendada. Pacientes mayores de 45 años con elasticidad reducida típicamente requieren períodos más prolongados de compresión (4-6 meses vs. 3 meses en pacientes jóvenes).
Fase de recuperación: La compresión debe adaptarse dinámicamente. Fase aguda (semanas 1-3): compresión máxima continua. Fase intermedia (semanas 4-8): compresión alta con períodos breves de descanso. Fase de mantenimiento (semanas 9-12+): compresión media-alta intermitente.
Es fundamental consultar la calculadora de tallas de Salomé para determinar con precisión la talla apropiada. La selección incorrecta de talla puede comprometer significativamente los resultados clínicos.
Protocolos de Uso Basados en Evidencia
Los protocolos de uso de prendas de compresión postquirúrgica deben estar fundamentados en evidencia científica. Mi protocolo estándar, desarrollado tras años de práctica clínica y respaldado por literatura médica, incluye:
Semanas 1-3 (Fase Aguda): Uso continuo 23 horas diarias. Retiro únicamente para higiene personal supervisada. Compresión alta (25-30 mmHg). Evitar manipulación excesiva de áreas tratadas. Drenaje linfático manual profesional 2-3 veces por semana iniciando día 5 postoperatorio.
Semanas 4-6 (Fase de Transición): Uso continuo 20-22 horas diarias. Inicio de actividad física ligera. Continuar compresión alta. Drenaje linfático semanal. Evaluación clínica para ajuste de talla si la resolución de edema lo requiere.
Semanas 7-12 (Fase de Consolidación): Uso intermitente 12-16 horas diarias, preferiblemente durante el día. Posible transición a compresión media (20-25 mmHg). Reintegración completa a actividades normales. Evaluación mensual de resultados.
Meses 4-6 (Fase de Mantenimiento, opcional): Uso durante ejercicio o actividades prolongadas de pie. Compresión ligera-media (15-20 mmHg). Enfoque en prevención de recurrencia.
La adherencia estricta a estos protocolos está directamente correlacionada con tasas de satisfacción del paciente superiores al 90% en estudios de seguimiento a 12 meses.
Integración con Terapias Complementarias

Las fajas postquirúrgicas no deben considerarse tratamiento aislado, sino parte integral de un protocolo de recuperación multifacético:
Drenaje linfático manual: La combinación de compresión con drenaje linfático profesional reduce el tiempo de resolución de edema en aproximadamente 40% según estudios comparativos. El drenaje debe realizarse con la faja removida temporalmente, seguido de recolocación inmediata.
Uso de espumas post quirúrgicas (lipo-foam): Las tablas o espumas de compresión colocadas entre la piel y la faja proporcionan compresión focalizada en áreas de induración o irregularidad. Salomé ofrece espumas especializadas diseñadas para trabajar sinérgicamente con sus fajas. Recomiendo su uso desde la semana 3 hasta la resolución completa de cualquier induración palpable.
Ultrasonido terapéutico: La aplicación de ultrasonido de baja frecuencia sobre áreas de fibrosis, realizada a través de la faja de compresión, ha demostrado acelerar la resolución de nódulos fibróticos en estudios controlados.
Suplementación nutricional: La cicatrización óptima requiere nutrición adecuada. Recomiendo suplementación con proteína (1.5g/kg peso corporal), vitamina C (500mg bid), zinc (15mg diarios) y bromelina (500mg tid) durante las primeras 6 semanas postoperatorias.
Señales de Alarma y Complicaciones Potenciales
Es importante que los pacientes reconozcan señales que requieren evaluación médica urgente, incluso cuando están usando apropiadamente su faja postquirúrgica:
Dolor desproporcionado: Dolor severo no controlado con analgésicos prescritos puede indicar síndrome compartimental (compresión excesiva comprometiendo circulación). Requiere evaluación inmediata y posible ajuste o retiro temporal de compresión.
Cambios de coloración: Palidez, cianosis (coloración azulada) o eritema (enrojecimiento) intenso en extremidades puede indicar compromiso vascular. Requiere evaluación vascular urgente.
Cambios sensoriales: Entumecimiento, hormigueo o pérdida de sensibilidad persistente puede indicar compresión nerviosa. Si no resuelve con ajuste de la faja, requiere evaluación neurológica.
Drenaje anormal: Drenaje purulento, fétido o excesivo puede indicar infección o seroma infectado. Requiere evaluación y posible intervención (drenaje, antibioticoterapia).
Fiebre persistente: Temperatura superior a 38.5°C por más de 48 horas postoperatorias o fiebre que reaparece después de estar afebril puede indicar infección profunda o trombosis venosa.
La comunicación abierta entre paciente y cirujano es fundamental. Ante cualquier duda, contactar al equipo quirúrgico es siempre preferible a asumir que un síntoma es "normal".
La Importancia de la Calidad en Recuperación Postquirúrgica
Como cirujano, he observado directamente el impacto de la calidad de las prendas de compresión en los resultados finales de mis pacientes. Las fajas Salomé representan un estándar de calidad que justifica su inversión desde múltiples perspectivas:
Durabilidad bajo uso extremo: Las fajas postquirúrgicas se someten a uso continuo durante meses, lavado frecuente, y tensión constante. Los materiales de baja calidad se degradan rápidamente, perdiendo capacidad de compresión cuando más se necesita. Los materiales de grado médico de Salomé mantienen su integridad estructural durante todo el período de recuperación.
Consistencia de compresión: La compresión debe ser uniforme y mantenerse constante con el tiempo. Los materiales inferiores crean puntos de presión irregular que pueden resultar en irregularidades cutáneas permanentes. El powernet de alta densidad de Salomé proporciona distribución uniforme de presión.
Consideraciones higiénicas: Las fajas de baja calidad frecuentemente usan materiales impermeables que promueven maceración cutánea e infecciones. Los materiales transpirables de Salomé permiten evaporación de humedad mientras mantienen compresión, reduciendo significativamente el riesgo infeccioso.
Impacto en satisfacción del paciente: Los estudios demuestran que la comodidad de las prendas de compresión es el predictor más fuerte de adherencia al protocolo. Pacientes que usan prendas incómodas frecuentemente las retiran prematuramente, comprometiendo resultados. La inversión en calidad se traduce directamente en mejores resultados clínicos.
Recomendaciones Finales desde la Perspectiva Médica
Para optimizar su recuperación postquirúrgica, recomiendo seguir estas directrices basadas en evidencia:
Adquiera su faja postquirúrgica antes de la cirugía: Esto permite probar el ajuste y familiarizarse con la colocación cuando no está limitado por dolor postoperatorio. Consulte la tabla de medidas de Salomé con al menos 2 semanas de anticipación.
Invierta en al menos dos prendas idénticas: Esto permite rotación durante el lavado, asegurando compresión continua. La inversión adicional es mínima comparada con el costo total del procedimiento quirúrgico.
Siga estrictamente el protocolo prescrito: La tentación de discontinuar la compresión prematuramente es común, especialmente cuando la recuperación aparenta estar completa. Sin embargo, los procesos de remodelación tisular continúan por meses. La adherencia completa al protocolo es fundamental.
Mantenga comunicación abierta con su equipo quirúrgico: Reporte cualquier duda, incomodidad o cambio inusual. Los ajustes menores tempranos pueden prevenir complicaciones mayores posteriores.
Considere la compresión como inversión en su resultado: El costo de una faja de calidad médica es una fracción mínima del costo total de su cirugía. Comprometer la calidad de su compresión para ahorrar una cantidad menor de dinero es una falsa economía que puede resultar en resultados subóptimos que requieren cirugías de revisión significativamente más costosas.
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Conclusión Basada en Evidencia Científica
La recuperación postquirúrgica óptima requiere la convergencia de técnica quirúrgica excelente, cuidados postoperatorios apropiados, y uso de prendas de compresión de calidad médica. Las fajas postquirúrgicas Salomé que he presentado representan opciones fundamentadas científicamente que he observado producir resultados clínicos consistentemente superiores en mi práctica.
La inversión en compresión de calidad no es un gasto opcional; es un componente integral de su inversión en cirugía estética. Los estudios de costo-beneficio demuestran que el uso de prendas de grado médico reduce tasas de complicación, disminuye necesidad de procedimientos secundarios, y mejora satisfacción del paciente, resultando en ahorro neto significativo cuando se considera el cuadro completo.
Recuerde siempre: su recuperación es una colaboración activa entre usted y su equipo médico. Las herramientas que elija usar, incluyendo sus prendas de compresión, son parte fundamental de esa colaboración.
Consulte la guía completa de tallas antes de realizar su compra, y no dude en contactar al equipo de Salomé para asesoría personalizada sobre cuál prenda es más apropiada para su situación específica.
Su recuperación óptima comienza con decisiones informadas. Elija sabiamente. 🏥✨
Preguntas Frecuentes (FAQ)
1. ¿Cuánto tiempo debo usar mi faja postquirúrgica después de una liposucción?
R: El protocolo estándar basado en evidencia médica recomienda uso continuo (22-23 horas diarias) durante las primeras 6 semanas postoperatorias, seguido de uso intermitente (12-16 horas diarias) durante las semanas 7-12. Algunos pacientes se benefician de compresión adicional durante meses 4-6, especialmente durante ejercicio. La duración exacta debe individualizarse según el tipo de procedimiento, extensión del área tratada, características del paciente (edad, elasticidad cutánea) y evolución de la recuperación. Consulte siempre con su cirujano para protocolo personalizado.
2. ¿Cómo sé si mi faja está demasiado apretada o demasiado suelta?
R: Una faja correctamente ajustada debe proporcionar compresión firme pero permitir respiración profunda completa y no causar palidez, cianosis o entumecimiento. Señales de compresión excesiva incluyen: dolor desproporcionado, cambios de coloración en extremidades, hormigueo persistente, o marcas cutáneas profundas que no desaparecen después de 30 minutos de retiro. Una faja demasiado suelta no proporcionará la compresión terapéutica necesaria (20-30 mmHg), permitirá acumulación de líquido y potencialmente irregularidades cutáneas. Utilice la calculadora de tallas y considere que puede necesitar ajuste de talla conforme disminuye la inflamación (generalmente semanas 4-6).
3. ¿Puedo usar fajas genéricas en lugar de fajas de grado médico?
R: Desde una perspectiva médica, no recomiendo esta práctica. Las fajas genéricas frecuentemente carecen de: (1) compresión uniforme calibrada (20-30 mmHg), resultando en presión irregular que puede causar contornos anormales, (2) materiales transpirables de grado médico, aumentando riesgo de infección y maceración cutánea, (3) construcción anatómica que respete drenaje linfático, potencialmente empeorando edema, y (4) durabilidad para mantener compresión durante el período crítico de 3-6 meses. Los estudios comparativos demuestran tasas de complicación significativamente mayores y resultados estéticos inferiores con prendas de baja calidad. La inversión en compresión médica (~5-10% del costo quirúrgico total) está directamente correlacionada con resultados óptimos y reducción de necesidad de procedimientos correctivos posteriores.
